Las enfermedades del sistema digestivo comprenden una variedad de trastornos que afectan el funcionamiento de los órganos encargados de la digestión y absorción de nutrientes. Este sistema incluye la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso, así como órganos accesorios como el hígado, la vesícula biliar y el páncreas. Estas afecciones pueden causar alteraciones significativas en la digestión, la absorción de nutrientes y la eliminación de desechos, impactando la salud general del individuo. Entre las enfermedades más comunes se encuentran las úlceras gástricas, que afectan la mucosa del estómago, y las enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, que causan inflamación crónica del intestino. Trastornos como la enfermedad celíaca, que implica una intolerancia al gluten, la diabetes tipo II, la obesidad y las enfermedades hepáticas, también son relevantes. En la última década, se ha observado un aumento en la incidencia de algunas de estas enfermedades, en parte debido a cambios en los hábitos alimenticios y estilos de vida, como el aumento del consumo de alimentos procesados y una dieta deficiente en fibra. Además, factores como el estrés y las infecciones bacterianas pueden contribuir al desarrollo de trastornos digestivos. La creciente prevalencia de estas enfermedades subraya la importancia de una correcta prevención, diagnóstico y tratamiento para mejorar la salud digestiva y general de la población.